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¿Cómo se manifiesta el sistema educativo en México en plena pandemia?

Texto: Mauricio García Foto: Roberta de la Garza y Orión Guzmán


El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) ha documentado que las brechas educativas de quienes terminan la secundaria pueden llegar a ser hasta seis grados escolares. Esto fue antes de la pandemia. ¿Cómo estará esta brecha post-pandemia?

El pasado viernes, tuve la oportunidad de poder conversar directamente con distintos padres de familia y pude adentrarme específicamente en los efectos colaterales que nos trajo esta pandemia mundial, y después de haber tocado algunos puntos notorios en cuanto a la política y la economía, empecé a cuestionar la efectividad en cuanto a la educación de hoy en día, tomando en cuenta que los hijos de estos padres están desarrollándose de manera educacional en una institución pública.


Al comienzo, noté rápidamente que la expresión por parte de los padres de familia era de disgusto, comenzaron por describir la manera en la cual el formato de clase se desenvuelve, tomando en cuenta que las actividades escolares en el sector público se presentan por la televisión en un horario mañanero.


Lo que me compartieron resultó ser impactante, detallando el efecto negativo ocasionado por la carencia de atención por parte de los niños y niñas, debido a que es difícil concentrarse o inclusive no cambiar de canal. Además, resultó ser que la mayoría del tiempo las quejas eran sobre la rapidez en la cual presentaban el material de clase, y tomando en cuenta que los padres no cuentan con la capacitación como para poder resolver todas las dudas de los niños.


Además del daño relativo que se genera en el proceso formativo, hay que recalcar que los padres de familia también mostraban quejas personales debido a que su trabajo se venía viendo afectado por los mismos motivos en casa, los cuales reflejan un daño en relación a la economía familiar, la cual afecta directamente el futuro de las nuevas generaciones lamentablemente.


Hay muchas variables que afectan el progreso educativo, y tomando en cuenta las dificultades que tienen algunas familias, quisiera poner en perspectiva el peor de los casos.

¿Qué pasa con las personas de escasos recursos que no pueden aportar para una televisión? ¿Tendrán estas nuevas generaciones las mismas oportunidades en un futuro que las personas las cuales no sufrieron los efectos de la pandemia en su estudio?


Preguntas como estas solo nos pone a pensar en el futuro, y precisamente hablando de los efectos que ha ocasionado y que seguirá sucediendo en esta pandemia, solo nos espera lo peor, ya que los datos numéricos y el porcentaje de pobreza en México es abismal.


“Durante el primer trimestre de 2020, el 35.7% de la población en México se encuentra en pobreza laboral”, informó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). El desafío social en tiempos del COVID-19 también tendrá consecuencias. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que “al cierre del 2020 el 47.8 por ciento de la población mexicana estará en condiciones de pobreza. Esto implicará un aumento de 5.9 puntos porcentuales con respecto a 2019, mientras que el 15.9 por ciento estará en pobreza extrema.”


Es difícil luchar contra los hechos, y en México existe una tendencia la cual dicta que entre menos dinero tengas, menos posibilidades tienes de poder continuar con tu educación y terminarla. ¿Qué les espera por delante a los jóvenes de hoy en día? Es difícil responder a esa pregunta cuando todavía no hay una vacuna que nos saque de esta pandemia, la cual muy probablemente tarde más de 4 meses como mínimo en salir.


Es difícil predecir lo que ocurrirá a cada uno de los jóvenes que continúan estudiando bajo los efectos secundarios de una economía reducida en comparación a los jóvenes que hoy en día pueden gozar de una educación mucho más actualizada, en instituciones privadas, en las cuales tanto los maestros como estudiantes adoptan nuevas habilidades las cuales pueden implementar, no solo en el ámbito educativo, sino que también en el futuro post educativo para uso personal o de trabajo.


Por otro lado, las nuevas generaciones sufrirán el mayor cambio histórico en cuanto a la educación y la modalidad de trabajo, y es que la tecnología poco a poco se está adueñando de nuestro estilo de vida, y llegaremos a un punto en el cual no sea totalmente necesario ir a la escuela para tomar clases presenciales.


En cuanto al sector privado educacional, podemos notar que las instituciones adoptaron un sistema de enseñanza en línea, donde los estudiantes pueden apoyarse virtualmente con los maestros y recibir una explicación particularmente parecida a lo que se veía antes de la pandemia. Esto nos conduce a una serie de preguntas en relación a las conexiones y distinciones que hay dentro de las escuelas en México y nos hace cuestionarnos acerca de la brecha que día a día se hace más grande entre las distintas sociedades económicas.


¿A dónde nos está conduciendo este sistema educativo profesional y cuáles son las ventajas y desventajas entre las distintas escuelas?


Muy probablemente y a grandes rasgos, los que tuvieron la oportunidad de salir de una escuela privada, serán altamente privilegiados en la sociedad que nos espera, debido a que la comunicación de la cual obtenemos los recursos educativos es prácticamente lo mismo, simplemente que la pandemia nos hizo acoplarnos al nuevo sistema de trabajo que las generaciones de cinco años en el futuro hubiesen tenido que adoptar, y como bien sabemos, el futuro es ahora.

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